jueves, diciembre 27, 2012

“Podría decir (la confesión que no supe hacer)”



Vengo de donde hay un río
Y las piedras bajo el agua parecen rostros
Y los cerros parecen piernas entreabiertas
Y la corriente nos susurra que existimos
Y la oscuridad nos seduce a desgarrarnos
Y descubro que soy súbdito del hervor de mi sangre

Podría decir tu nombre de muchas formas, cada una más cariñosa que la anterior
Te podría decir; lluvia florida, que haces crecer orquídeas fantasmas donde caes
Te podría decir; sueño curioso, planeando sobre la pradera
Te podría decir; dulce puñal, rasgando la tierra primaveral de mis venas
Te podría decir; divagación diminuta, divagación resplandeciente
Podría llamarte; podría escucharte, si tus ojos me miran a través de la enredadera
Podría llamarte; cómplice de oros, mientras la piel cambia de color bajo la luna nueva
Podría llamarte; luna nueva, tierna y temerosa, quemando el viento
Podría llamarte; aullido del ángel, de aura inquieta y cautiva 
Te podría decir, evocación sideral, y guardarte dentro de una estrella, bajo mis entrañas

Podría ser lagrimas de sal, bajando por el cuello
Podría ser la pluma que escribe con sangre 
Podría seguir mi timo siendo testigo de esta extraña alquimia
Podría ahogar en miedo a este cómplice inquieto
Latiendo en medio del mar rojizo al medio de mí pecho
Mientras verdean tus sonrisas a lo lejos
Podría quedarme, tal cual se quedan las piedras a la orilla del río
Esperando humedecerse algún día y dejar de ser tristes reminiscencias
Podría irme, obedecer a mi naturaleza, dejar de ser testigo cautivo

¿Podría?

¿Podría decir?
Decirte cosas que nunca he dicho, pero has escuchado de otras bocas
¿Podría ser más barroco?
Adornar mi sinceridad, finalizar un discurso torpe que aun no llega a tu puerto
¿Podría acaso ser de otra forma?
Llevando mi confesión a un precipicio lleno de letras
¿Podrías creerme?
Que me evocas algo inédito, que me saca de quicio

Puedo decir; que te adoro y te extrañare
Puedo decir: que soy cómplice y no testigo
Puedo decir; que frente al espejo somos una quimera
Podría vivir y morir, en orgías aladas, en la ambigüedad de un nuevo ser

Debes creer
Que desconozco estos días y estas horas
Que desconozco esta selva y los sonidos dentro de ella
Que mi torpeza es de alguien que no ha caminado por estos caminos

Podría decir, la confesión que no supe hacer;
Que he sentido amor por tu alma retorcida
Y que podría enamorarme de ti

domingo, noviembre 11, 2012

Estar sin voz


Estar sin voz, 
Es no vaciar la tinta del corazón; espesa, roja y sin razón 
Es un amargo desliz de la lengua, que se marchita mientras mi estrella mengua

Estar sin voz,
Como las hojas que cambian de color, etéreas mensajeras del arrebol
Como los pétalos suaves e infieles, muriendo en ilusiones de oropeles

Estar sin voz
Es regar con los ojitos el macetero, al saber que no llegara el aguacero
Es quemar los lazos que unen los pensamientos, con el fuego perpetuo que reina en los sentimientos

Estar sin voz
Es no poder abrazar colores y calores sabios, de la voz que se desliza por los labios
Es caminar por un largo pasadizo de silencios, rodeado de rostros pálidos y funestos

Estar sin voz,
Como las espinas que cuidan a la flor desde su niñez, como la boca que se seca en su mudez
Como la musa que se transforma en recuerdo, como la miel que brota y se mantiene ardiendo

Estar sin voz, no un día, ni tampoco dos
Estar sin voz, es naturalmente; estar sin vos

Acá



Acá el extraño extraña con extrañeza desde sus entrañas, acá oscurece más temprano y de un instante a otro somos todos desconocidos.

Acá no dan abasto tus nombres y apellidos, acá la gente vacía sus copas y saca sus espadas en busca de tu oro. Acá la única virgen que existe es la Santa Lumpérica y los flacos prenden sus pipas con el fuego de sus velas.

Acá los niños juegan a que son peligrosos, cambian sus almas por armas y les cuesta decir te quiero. Acá las mascaras no sirven, acá los pibes se inyectan los brillos de las estrellas directo a la vena y pueden olfatear el miedo. 

Acá la gente es más tranquila de lo que parece, eso lo podrás ver cuando cierres tus ojos y mires con tu corazón. Acá abundan las Soledad y las Consuelo, acá escasean las Paz y las Esperanza. Acá muchos fueron a comprar y no volvieron. 

Acá somos todos tartamudos, acá sobran los huérfanos, acá los candidatos son abejas reinas y las dueñas de casa dulce miel, dentro de una colmena ruidosa. Acá el tuerto cambia su ojo por la pierna del cojo, para que al menos uno pueda ver o correr. 

En el más acá la gente junta sus chauchas y es feliz comprando cosas que mañana no podrá llevarse al más allá. Acá la gente tiene piel morena y gastada por el sol. Acá las manitos de las abuelas tienen pena y están exhaustas. Acá los corazoncitos son de fonola y de cartón. 

Acá nadie tiene nada, es por esto que entre nosotros aparecen risas nerviosas, nada es tuyo y nada es mío, no tengo que regalarte, no tengo que quitarte. A veces, acá no es acá, cuando la sonrisa de mi vieja se filtra a través de la ventana, como si fuese la luz del sol entibiando todo a mí alrededor.

Un momento



Un momento, déjame decirte algo, déjame escribirte algo, es que no soy bueno con los sonidos y no se expresar con mímica las vicisitudes. Es cierto que mis ojos dormilones se delatan frente a los tuyos, con húmedos y risueños pucheros. Cuando mi boca queda seca; son ellos sinceros chasquis de mis frustraciones y alegrías.

Un momento, o quizás dos, un momento en el tren, raptado por 
el reflejo inconsciente que florece entre una cosecha y otra. Un momento, o tal vez diez, estoy perdiendo la cuenta. Posiblemente son todos los momentos uno solo, y uno solo es el que da vida a otros momentos.

Un momento incierto y misterioso, donde caminas en zancos y ayudas a las nubes a aclarar sus ideas, a partir de sus entrañas replantean lluvias y se derriten en abrazos de luz. Un momento entre cómplices y ermitaños, mientras enrolas versos con tus manos de papel, mientras yo confieso porque las hojas están cambiando de color. 

Un momento donde el tiempo se hace invisible y se mezclan las buenas noches y los buenos días, un momento donde cae el telón y empieza la verdadera obra, un momento donde los pájaros llegan trinando y traen de vuelta al sol, un momento al amanecer, en donde la puerta de todo lo que podría ser, estará abierta.

Respecto a la nostalgia


La nostalgia es:
Una eterna nebulosa de bienvenidas y despedidas
Una guarida protegida por rayitos del sol
Antiguas reminiscencias bajo la lluvia
Derretirse lentamente en un abrazo
Encontrarse en sueños infinitos
Bellos silencios, que nacen en tus ojos
Los latidos intermitentes de tu mirada
Un libro que te leo en voz alta
Despertar con el brazo gélido por tu ausencia
El vacío que dejan las caricias
Las cicatrices de otoño
Los viejos suspiros de la primavera
Los pájaros trinando por la mañana
Los lobos aullando en la madrugada
La complicidad invisible y los testigos fantasmas
Un laberinto que conocemos al revés y al derecho
Ahogarnos en el mar cazando los reflejos de las estrellas
Una flor arrancada de su jardín
Encontrar una tibia calma tras el espejo
Divagar en un vaso, vagar en un beso
La nostalgia es; aprender, como los elefantes, a olvidar
La nostalgia eres tú
La nostalgia es un lugar entre dos seres, donde siempre existirá un te quiero

Dichoso ilion


La deje entrar, a través de la puerta invisible del goce onírico, en las alturas, poemas dispersos en hojas de piel, trazados por el espíritu del sol. 

Lascivas voces, revelan el afán ardiente de tus otras bocas, se derriten los labios en un torbellino de sombras, mientras naufragan en un mar de saliva. 

Tiemblas frente la ávida mirada, gracias a infinitos impulsos brota la existencia, se recoge el árido deleite y resucitan lagrimas, formando arroyos transparentes.

Embelesado por suspiros sofocantes, abrasando los brazos, sirviéndome de radiantes huesos sacros, anclándome al sublime ilion, trepando con mis veloces alas, a nutrir con anchos susurros tus hombros de cristal.

Diabólica poses, cogiendo los deseos, es el ardor del fuego que cae en gracia, que tima y lubrica las almas, se regocija, se devora y desfallece.

El vapor y la niebla se retienen en austeros reproches, mientras ella fluctúa entre nostalgias errantes, arañando la turbada realidad.

No hay remedio, es apacible estremecerse ante el desfile de ilusiones, vagar iluso en placeres laberínticos, esas noches en que es imposible no extraviarse en la ilusión.

Apología poligámica



Era lunes, Alba se fue de su cama temprano, esbozo una sonrisa brillante antes de partir, los lunes son espesos, a regañadientes accedió a almorzar con Brígida, debía invitarla a comer algo rico, algo que quizás le gustaría, entenderían todo si conocieran el complicado paladar de Brígida, ese paladar que le dejaba agotado y contrariado. 

Los martes hacia honor a la primave
ra, pasaba las tardes con Rosa y las noches con Margarita, dulces aromas y suaves pétalos de piel, los miércoles despertaba con polen en su torso, le encantaba entrar a la ducha y percibir el olor a miel. Los miércoles acostumbraba a replantearse un poco las cosas, desayunaba con Soledad, una chica silenciosa, que gustosa escuchaba sus divagaciones, Soledad solía invitar a María a acompañarlos, era aquí cuando estallaban las risas, ¡ay simpática María!, tus carcajadas violentas y el cielo claro, las nubes violentas y los ojos colorados. 

El cuarto día de la semana era especial, buscaba a Sofía. Sofía tiene una abuela que cocina muy rico, Sofía suele escribir, de vez en cuando con pudor le muestra sus letras, es esa timidez la que lo hace suspirar (eso y las risas rizadas), si viese más seguido a Sofía y sus cactus… probablemente le tomaría la mano y se volvería monógamo. 

El viernes sonó su celular varias veces, era la Victoria invitándolo a almorzar, un mensaje de Amparo lo despertó de su siesta, también apareció la exuberante Gloria a tocar su puerta, pero ese viernes no quería ni Gloria, ni Victoria, ni Amparo, decidió caminar con Consuelo, esa tibia guarida, Consuelo le recordaba el sabor de Rocío, la mirada de Esperanza, la naturaleza de Paz, la voz de Libertad.

A quien debe regresar


Cavilas en la caverna, cavas buscando cabos
no hay nada allá abajo, te quiero decir
no hay nadie allá lejos, te quiero decir

Debes ser mas piel y menos huesitos
debes volver con tus ojitos de miel
debes volver con tu sonrisa de perlas

Si te miro, no te veré, mas si me miras, yo te mirare
tus susurros son gritos
ecos lejanos e insuficientes

Querido perdido, debes volver
quizás no hoy ni mañana
pero debes volver, en ti creer
querido perdido, debes volver

Debes volver y renacer
es que quieres a quien yo quiero
haces reír a quien ahora no sabe donde ir

Quizás debías ir, perderte, no dormir
pero ya es de noche, no hay guarida
y ella espera con una rosa tu risa

Tiembla a mi lado, pero has de volver
llora a mi lado, pero has de volver
es un mundo maldito, pero debes volver

Querido perdido, debes volver
por la madrugada o al atardecer
querido perdido, debes saber
que te estamos buscando, mañana y ayer

El ímpetu del ángel


¡Alma mía!
Se cauta y no te dejes timar
Por mascaras de ébano 
Y sus insípidos presagios

Ángel resucitado
Siéntate a mi lado y elige una nube
Crecen margaritas en las mejillas
Bajo esta tibia lluvia

Dos almas besas
Cuando reposas en la boca del ángel
Soy dios y diablo
Cuando anido en sus alas

Dispersos y anacrónicos
Viajan labios por el cuello
Buscando lapsos y sitios
Deseando arder en el infinito arrebol

Rizadas son las risas
De sonrisas como estrellas
Con el espíritu de sus ósculos
Verdean mas intenso las hojas

Febril será la mirada
Enardecida balanceándose en el oleaje de licores
No son sobrios los bríos
Cuando su voz es de cristal

Destino fantasmal
Haz corpóreo tu palpitar
Y vivamos el caos y el hervor
Por debajo de la piel

Aclaración (carta a van Gogh)


Una aclaración implica aclarar ciertas cosas, probablemente por medio de miradas a los ojos y discursos llenos de dislexia y tartamudeos. Sin embargo, la aclaración muchas veces no consigue este objetivo y logra todo lo contrario; oscurece los hechos, las verdades y lo verídico.

Hay que aclarar, que claras son las putas y oscuros los burdeles. Entonces, acláreme u
sted (si, usted) las razones. Las razones que tuvo para huir del horror vacui, para perderse en las voces de las meretrices, para gozar pintando sus gemidos fingidos y tranquilizadores.

Dígame usted (si, usted), que le susurraron al oído los cuervos en medio del miedo, en medio de los campos de trigo, desolado bajo el sol, solitario y áspero en medio de las olas, dibujando las texturas de los recuerdos. Dígame usted (si, usted), como giraban los girasoles, como giraban los soles. Es que solo cuando se va el sol sabemos que sentíamos bajo el.

Dime tú (si, tú), donde poner las sillas, donde disfrutar el atardecer, donde confundir los sentidos. Escúchame tú (si, tú), déjame aclararte a través de sombras, aclárales que no regalaste tu oreja, sino tu lóbulo, el lóbulo aullante que no puede escuchar sus pasos.

Señor van Gogh, yo soñé que mi oreja era una flor color carmesí, con pétalos de piel, solo así he comprendido su actuar oscuro de manera más clara, dígame usted si es o no romántico mutilar los sentidos, cortar la lengua, enviar cuervos por los ojos, robar las manos, quemar los aromas, perder el lóbulo.

Dígame usted entonces (si, usted), que debo cortar y que debo dejar crecer. Dígame que sucedió cuando mezclaba los colores, que fantasmas le hablaban, que monstruos lo atormentaban, dígame como encontrar la claridad oscureciendo los colores.

Caravana


Todo sol es cómplice
Todo beso es fuego 
Todo cuello es destino
Todo corazón es espejo
Todo castillo es refugio

Toda luna es puta
Toda mano es nube
Toda caricia es llaga
Toda noche es esclava
Toda risa es ternura

Todo cómplice es salvaje
Todo fuego es delirio
Todo destino es deseo
Todo espejo es túnel
Todo refugio es dolor

Toda puta es ausencia
Toda nube es luz
Toda llaga es raíz
Toda esclava es esperanza
Toda ternura es compañía

Todo salvaje es frenesí
Todo delirio es ángel
Todo deseo es torso
Todo túnel es ruido
Todo dolor es abismo

Toda ausencia es tregua
Toda luz es boca
Toda raíz es flor
Toda esperanza es soledad
Toda compañía es piel

Todo frenesí es bienvenida
Todo ángel es sueño
Todo torso es insomnio
Todo ruido es silencio
Todo abismo es incierto

Toda tregua es melancolía
Toda boca es carnaval
Toda flor es vulnerable
Toda soledad es temporal
Toda piel es caravana

Cuando estés acá


Cuando estés acá
Saldré sin llaves y sin rumbo
Entrare anónimo y espectral
Caminare sin prisa, como si mis pies conocieran el camino
Es que cuando estés acá, espero no estar allá

Cuando estés acá
Robare de un ramo una flor
Dormiremos hasta tarde sin razón
Escucharemos el trinar de un picaflor
Es que si estas allá, espero no estar acá

Cuando estés acá
Dejare de imaginarte acá
Dejare de imaginarme allá
Y te pondré más acá incluso
Es que cuando estés acá, espero estar acá

Cuando estés acá
Guardaran silencio los labios nerviosos
Escuchare tus entrañas contando histerias
Tus entrañas cantando historias
Es que cuando estés acá, sabrás porque estas acá

Cuando estés acá
Te pediré que te quedes acá un rato más
Y no te preocupes si los días pasan y nadie esta acá
Y no te preocupes si los días pasan y nadie está allá
Es que ya existirán un allá y un acá

Cuando estés acá
Habrá humo y será un sueño
Será perpetua la noche porque el día desconocerá llegar
El sol dormirá, el cielo lo consentirá
Es que ya bailaran, un acá y un allá

Cuando estés acá
Las manos arderán
Los huesos se quebraran
Lóbulos desaparecerán
Cuando estés acá

Cuando estés acá
La vida tendrá música de fondo
Y en el fondo admitiré una verdad
La verdad de que quizás ya estas acá
Acá y allá

Cuando estés acá
Será como cuando la piedra vuelve a bañarse en el río
Como cuando el viento vuelve a conversar con las flores
Sera como abrazarse por debajo de la piel
Cuando estés acá

Dos son el ermitaño


Llego el ermitaño a mi casa, golpeo nueve veces mi puerta, le abrí y de inmediato percibí templanza en sus ojos. Saco dos viejas copas, las lleno de discreción y prudencia, después de beber las primeras, salimos al bosque a caminar, a embriagarnos con calma. Con su voz tibia me explico quien era, me confeso que había matado el ego hace un par de años y así pudo comprender que 
el destino no se logra cambiar, pero si se puede apresurar.

Y la tierra estaba cubierta de bosques, en los que habitaban los espíritus de los dioses, viejos arboles eran abrazados por ángeles risueños, chamanes furiosos y gitanos timadores saludaban al ermitaño, con respeto, revelando una amistad ancestral, al lado del río, Virgilio y Edipo jugaban una partida de ajedrez, el perdedor bebería la cicuta. Cansado iba, le sangraban los pies, donde caían gotas de su sangre nacían flores color carmín. Yo aun no entiendo bien sus palabras, recuerdo que me dijo que los espíritus día y noche entregan y quitan vida, que el mundo está maldito, pero aun así queremos vivir y sonreír.

Y la naturaleza de los pájaros ha cambiado, así también la mía, viven cantando a deshora, canciones nuevas, su trinar trae la verdad del ermitaño. Es que ahora sé, que el ermitaño son dos, son el espíritu del bosque y del ermitaño quienes hacen posible la primavera. Llegando el arrebol se puso de pie y se aparto a paso lento, a medida que sus pasos se alejaban, otros se acercaban, llego a mi lado bella compañía, tomo mi mano y mirándome a los ojos me dijo: “Chinito, no tengas pena”. Hoy, despierto más tranquilo, divorciándome cada vez más del cotidiano huracán de vanidades y deseos. Es que aunque no lo parezca, dos son el ermitaño.

Por la tundra va


Cabizbajo va el lobo y su nariz helada
Va sin carga ni amargura
Es que ha vuelto a su mirada
Dos espejos tiernos de dulzura

Sus patas dejan huellas de chaman
Y es que es habitual el ritual
En la nieve una vez más se encenderán
Brutales bailes de edad ancestral

A lo lejos ve su cola
Suave timón buscando un hogar
La reconoce, viene sola
Una vez más al mismo lugar

Atemorizada vaga por la blanca nieve
Grabando huellas pequeñas y pérdidas
Menos pálido es su rostro cuando llueve
Se llena de color en las bienvenidas

Cruza insegura el cauce frió
Como siempre trae la frente helada
Patas torpes se sumergen en el río
Y ambos forman parte de la nada

Muerden rabiosos los hocicos colorados
Rastreando vísceras y entrañas
Sin querer, la mira con los ojos afilados
Y recuerda las noches más extrañas

Los aullidos son violentos
Extraña y fugaz la vaporosa vida
Por eso hoy la quiere sin lamentos
Y en su cuello dibuja una guarida

Va descalzo y sin lumbre
Por la tundra, por las noches
Ya no piensa en la incertidumbre
Va sin prisa y sin reproches

Al maestro con cariño



El maestro llega casi siempre entre 6 y 7 a su hogar, no llega a tomar once, llega a tomar “choca”, al maestro le gustan los mariscos y Sui Generis, desde que yo era pequeño me ha dado consejos que jamás olvidare, com
o que las mujeres y el pollo se agarran con la mano. El maestro llega casi siempre entre 6 y 7, saludando a todos alegremente, a pesar de su cansancio o de que quizás no fue el mejor día.

Ya son veinticinco años con el maestro, desde el vientre yo escuchaba canciones de John Lennon, en una radio vieja colocaba cassettes de Led Zeppelin y me explicaba quienes eran “Jaime Pagina” y “Roberto Planta”, cada noche antes de dormir me decía: “buenas noches los pastores”, a lo que yo respondía: “bom bom bom”. Nació en el sur, así que sabe de lluvias y frio, como buen Run Run, se fue pal norte y sabe de desiertos y calores. 

A los cuatro años me hizo un gran regalo, me coloco frente a un tablero y me explico cómo debía mover las piezas, aprendí el valor de la estrategia y el silencio. El maestro tiene muchas herramientas y trucos, yo a ratos pongo una capa imaginaria en sus hombros y lo veo flotar, pintando los cielos con brochas imaginarias y yo voy detrás y no puedo seguirle el ritmo, es que cuando de esto se trata… no le llego ni a los de Aquiles.

El maestro me explico que Jehová no era más que un ídolo pop, que siempre debía creer en la bondad y el cariño, que no debía temer a nada, ni siquiera a la muerte, que debía tratar a esta como si fuese mi mejor amiga. Al maestro casi todo el mundo le dice “maestro”, pero él sigue siendo humilde y trata a todos de igual manera. Al maestro le cuesta pronunciar la “x”, pero nunca tuvo problemas para enseñarme quien era Marx.

Es que ya son veinticinco años con el maestro y quizás no siempre estuvo, a lo mejor no siempre puede estar, pero tengo la certeza que siempre estará. Y yo no sé hasta cuando estaremos juntos y es que nadie sabe. Solo se, que en su miraba aparezco yo aullándole a la luna y hoy me ha explicado que si la voy a extrañar, debo hacerlo con toda mi alma y que si la voy a querer, debe ser en todo momento y a pesar de todos los miedos y distancias. 

Con escaleras, pisos, andamios y mesas construye día a día escaleras al cielo, sus manos han sido barnizadas y yo las veo de ébano, en sus arrugas aparecen increíbles y misteriosas historias. A veces me disfrazo como él y me gusta pintarme la cara y escuchar a Violeta toda la tarde, él me limpia la cara y vivo un hermoso deja vu de aquella lejana infancia. Otras veces, al igual que él, me refiero a los objetos como si fueran personas. El maestro siempre sabe como tranquilizarme, trata a mis amigos como si fuesen sus amigos, su piel es gruesa como la del cultrún, sus pies siempre están en lugares distintos y casi nunca en el suelo. Es que ya son veinticinco años con el maestro y sigue preocupándose cuando me ve con la mirada perdida.

jueves, octubre 18, 2012

Cuando las voces se abrazan

Pierde significado la palabra lejanía, cuando las voces se abrazan…



Lejos, fantasmas sacrifican a la rima los sentidos del verso
Lejos, gemidos y contorsiones de dolor
Deleite en los gemidos, tortura en los dolores
Lejos, armamos listas con las palabras que nos gustan
Lejos, suaves y pequeños ojos de rien de palabras peligrosas
Lejos, veo espejos, espejos que reflejan espejismos
Espejos portales, donde entrar y perderse
Es que quizás, hay jardines tras los espejos
Es que quizás, se desvanecen con el humo del incienso 
Lejos, hay un mar que balbucea sonámbulo
Lejos, Ícaro entrega sus alas, con ganas de descansar  

Acá el sol podría adormecernos con sus caricias
Acá la lluvia resucitaría la margarita ausente
Acá lejos, quimeras bailan ebrias
Acá lejos, el viento destruye el tiempo
Acá lejos, todos los momentos son uno
Acá lejos, son volátiles las lágrimas
Acá lejos, los ángeles seducen el miedo
Acá lejos, se muerden y besan el origen y el destino
Acá lejos, se ríen las almas en un claro oasis
Acá lejos, la piel es sagrada e inquieta
Acá lejos, viajan tímidas las letras
Acá lejos, magos regalan licores que alegran el corazón
Acá lejos, imagino letras escritas con agua, en un torso diminuto   
Acá lejos, los labios son brazos, las voces se abrazan
Acá lejos, sonríe el alma, cuando las voces se abrazan

lunes, septiembre 03, 2012

Carta a Eusebio Lillo; “Del porque ni cagando canto el himno nacional”


Don Eusebio Lillo, he sabido que Ud. fue el principal responsable de la letra del himno nacional de Chile, me parece una obligación presentarle algunas quejas respecto a este, quizás en otros tiempos algo de lo que escribió pudo tener sentido, pero hoy en día me parece una brutal aberración, he aquí el porque de mi molestia:

“Puro, Chile, es tu cielo azulado”, ¿puro Chile?, ¿cielo azulado?... bueno, tal vez en esos tiempos el cielo era azulado, hoy es cada vez mas gris y respecto a la pureza…

“Puras brisas te cruzan también”, la verdad es que no tengo quejas con esto, me agrada la brisa

“Y tu campo de flores bordado, es la copia feliz del Edén”, ¿cree Ud. En el Edén don Eusebio?, ¿estuvo en el Edén acaso?, porque chucha mejor no citar un Edén con canelos y araucarias, sin flores cursis, me carga esta parte don Lillo

“Majestuosa es la blanca montaña que te dio por baluarte el Señor”, si, es majestuosa la montaña, hermosa también, suprema y maravillosa, pero no entiendo a que señor se refiere, ¿era necesario meter al señor en esto?, ¿cacha algo de geología don Eusebio?, ¿no?, ¿si?...

“Y ese mar que tranquilo te baña, te promete futuro esplendor”, déjeme acusarlo de mitómano señor, primero; el mar es revoltoso y jamás esta tranquilo, Poseidón lo agarraría a paipes si se encontrara con Ud., ¿promete un futuro esplendor?... ¿futuro?, ¿esplendor?, ¿en Chile?... ¿que consumió don Eusebio?, ¿Qué estupefacientes consumían en 1847?

Respecto al coro:

“Dulce Patria, recibe los votos, con que Chile en tus aras juró”, no se que tiene de dulce esta patria, no se quienes habrán jurado en quién sabe que altares y quizás que votos, creo que debería entregar con mas claridad el mensaje don Lillo

“Que o la tumba serás de los libres o el asilo contra la opresión”, claro, solo en la tumba somos libres, libres en la poderosa y desconocida muerte, libres de la injusticia y la violencia, ya que no habría asilo contra la opresión, no señor, no lo hubo y no lo hay...

Sabe don Eusebio, podría seguir:

“¿Ha cesado la lucha sangrienta; ya es hermano el que ayer invasor?", ni cagando ha cesado la lucha, ni cagando es hermano el invasor…

“¿Vuestros nombres, valientes soldados, que habéis sido de Chile el sostén?”, ¿me habla en serio señor Lillo?...

Creo que hay dos líneas de inspiración en su obra, tras las cuales debió seguir explayándose, pero claramente no lo hizo, estas son: “Con su sangre el altivo araucano nos legó, por herencia: el valor”, el resto, es una bazofia, es por todo esto don Eusebio, que ni cagando cantare el himno nacional, ni cagando.

PD: estoy terminando mi maquina del tiempo para ir a dejarle la carta a su casa, también llevare un cajón lleno de tomates de Rengo, para tirárselos en la cara, así que le digo no mas, para que este preparado.

domingo, septiembre 02, 2012

Bar Reminiscencias


Era un pasillo oscuro, de unos veinte metros de largo, donde sombras desconocidas sorbían el mate de forma desagradable, me sentí incomodo bajo sus miradas y sonidos, quizás era por los ecos que emitían al beber. Recorría la mitad del estrecho pasadizo cuando recordé un viejo sueño de mi infancia, en el cual iba por un escenario similar, caminando con torpeza, con los pies p
equeñitos, al contener la respiración podía flotar y avanzar más rápido, impulsándome con los brazos a través de las paredes. Realice la misma maniobra y elevándome note que en el techo había una ranura, me acerque y era cada vez más grande, pase a través de ella. Ahí estaba, en un extraño bar, repleto de humo, repleto de borrachos buscando compañía, al fondo, en un rincón, cantaba canciones de letras desgarradoras una mujer crespa, pálida y hermosa, con tacos que la hacían ver majestuosa, parecía venir de una película de Lynch, iluminada por una luz mediocre y tenue, pero su voz iluminaba el lugar, sobre su bello rostro con luces de neón, se leía en el letrero “Bar Reminiscencias”. 

A un extraño y lejano amigo encontré ahí, apoyado en sus nudillos, despeinado, con la camisa manchada y con ojeras, dentro de un extraño trance, me demore en reconocerlo porque sostenía un cigarro prendido con su mano distante y temblorosa. Al encontrarse nuestras miradas, sus ojos, tristones y semiebrios, cambiaron de color, reminiscencias aparecieron en su mente, creo (y creo que el también lo cree o creía), que le recordé a esos dulces días, de hace pocos meses, o quizás era mayor el tiempo, o tal vez estaba (estábamos) dentro de uno de esos sueños en los que nadie sabe con certeza cuanto tiempo ha pasado en realidad, un espacio donde el único reloj es el reloj de arena que carga cada uno al lado del timo. Algo faltaba, desgarrando su brazo, se notaba su brazo medio azul, medio morado del frio, ausente estaba lo corpóreo, aquello que le daba un sentido a sus días a pesar de que nunca sabían (supieron) nada. 

Extraño y ausente se encontraba por su repentina ausencia, pero era mi amigo, con cariño ate sus cordones y entibie su brazo, al enredar el mío con el suyo la sentí, es que habitaba (habitaría) por siempre en su piel, tuve que apoyar mi brazo en su hombro, había más vida en su brazo que en muchos cuerpos enteros. Acompañarlo no era difícil, nunca lo fue, recorrimos el lugar y la vimos aparecer de a poco, bailando los tres felices, borrachos de felicidad, sentados perdiendo el tiempo, ganando memorias, ganando o perdiendo discusiones eternas, daba igual, perdidos perdiéndonos. Le vi llorar como llora un recién nacido cuando le separan de su madre, es que su humildad violenta no volvería mas, su risa sorpresiva, su torso torpe y suave, triste era nuestro baile. Llenamos los vasos, las parejas bailaban, empinamos y bebimos el tango que sonaba de fondo, camuflando el triste funeral que vivía en su interior, en mi interior, en nuestro interior.

Como explicarle, como consolarle, como traerlo de vuelta, nada podía hacer, solo ayudar a llenar de humo el lugar y hacernos cada vez más borrosos. Necesitaba al menos que su tranquilidad que alcanzaba para los tres (y a veces para más), volviera y alcanzara al menos para uno, para él. Seguimos bebiendo y bailando, a ratos aparecía su infinita y sabrosa locura, camuflada en otros cuerpos, latiendo en otros corazones. Salimos, caminamos, en círculos primero y en diagonal después, llegamos a nuestra querida línea del tren, sentado en los rieles lo vi un poco más tranquilo, sabiendo que a ratos se adaptaron, que se adoptaron huérfanos de eso que algunos llaman cariño, prófugos de la soledad, nunca fueron algo, pero extraño dolor le causaba asimilar que eran (fueron) nada. 

Al pasar el tren, los dos vimos pasar su rostro, fugaz y feliz, riendo con sus demonios, al parecer habían llegado a una tregua e iban rumbo a un lugar inalcanzable, debió ser el sol del amanecer pegando en nuestro rostro, aflorando reminiscencias. Lo recuerdo, hincado, arrodillado frente al consuelo, imaginando su caliente ternura.

viernes, agosto 24, 2012

¿Cachai Reolé?

Eh rica, o sea… yo la encuentro rica, a veces es una chica poco comunicativa, pero bueno, de que eh rica, eh rica, no hay dudas, porque va con la gracia que solo puede ir el cadáver exquisito, con el jeans roto y la blusa manchada, peligrosa como el aconitum, pero eso no es nada, eso es, o es esto otro, nadie sabe que es, dicen los entendidos y los entendedores que creen poder comp
render lo que ni siquiera ellos entienden. 


Míralo, ¿te acuerdas de él?, esta mas flaco, por eso se ve mas largo, mas perdido también, dicen que la ideología lo llevo a esto, a eso, mi papa me conto una vez que por el año setenta y tres un profesor le pego un cachuchazo por quedarse dormido en clases, esto lo se porque eran compañeros y porque hiperbólica la historia o no, inconsciente quedo del charchazo, a mi me llama la atención lo solo que ha quedado con el tiempo, amargo desenlace, dicen que su mama siempre lo acompaño, incluso esa vez fue al colegio a quejarse porque le habían pegado a su niño, debió ser el instinto maternal, un acto intuitivo y narcisista, claro, defender a tu pequeño tú, tu pequeña obra de arte, gestada quizás debajo de un puente o en la oscuridad, pero siempre eternamente bello ante tus ojos y arrugas, yo no me explico como hay padres que llegan a odiar a sus hijos y viceversa, a ver, déjame explicarte mejor, igual, es que nose, mira, yo soy un ser demasiado sensible quizás, por ejemplo, siempre me ha parecido un incomprendido el Chacal de Nahueltoro, encuentro rastrojos de ternura en su historia, no es que este del lado de los asesinos, espero que no me malentiendas, pero me cautiva y me pone curioso ese extraño deleite, el experimentar la poderosa muerte y seguir existiendo, es como esta película; “Natural Born Killers”, demás que la has visto… “Asesinos por naturaleza”, ¿te suena?, yapo, ves que la viste, ¿Qué opinas?, oye, pero pa que te quedai callao, si no teni pa que ponerte poco comunicativo también po, ahhh, es que sabi, creo que ya se que crees tu, me dirás que la culpa es del siquiatra y de las pastillas que le recomendó y me vendrás con eso de cómo regular estas recetas, mas sabiendo que el paciente tiene un historial medico que indica que tiende al alcohol, la prueba es que todas las semanas se le ve en el “No me olvides” o en el “Listo no mas”, igual tienes un poco de razón, pero… míralo, ahí se sentó a entibiarse al sol…



¿Cachai Reolé?, escucha, justo esta canción me hace pensar en el, sobretodo esa parte que dice: “joven, rubio, flaco, sucio mal vestido, siempre cabizbajo, tal vez un perdido”, aunque bueno, no es rucio y ya no es tan joven, lo que pasa es que ahí al frente hay una zanja, que esta desde que llegue a vivir aquí, siempre he imaginado que un día despertare y estará el caos frente a mi, la escena incluye sirenas, llantos, botellas de vino y un cadáver fresco que no alcanzo a cruzar la acequia… oye, pero no te preocupes ah, no esta entre mis planes matar a alguien, es solo que creo que dentro de todo ser humano existe este instinto asesino, instinto mitad humano mitad animal, porque los animales tienen que matar día a día, para sobrevivir a veces, chucha, se me olvidaba que no te gustan los animales, ni siquiera los perros, es que bueno, después de lo que te paso en Yungay esa vez… cuando venias llegando a las dos de la mañana con un cargamento de marihuana, tuviste mala suerte no mas, es que a los pacos los puedes engañar, pero el olfato de los perros policiales siempre puede mas, a todo esto, en el mundo perruno deben tener muy mal karma estos perros, porque puta, a ver, imagínate que tu perro sale a dar una vuelta y de vuelta llega con un parte en el hocico, onda, llega el “cabo Toby”, de la comisaria canina y le saca un parte por ladrarle a un taxi o por mear un grifo y puta, mala onda po, si el perro lo hace por una causa territorial, es algo instintivo, tiene que ver con la propiedad privada canina, onda, esto es mío… lo meo, esto es mío… te ladro y si hay un problema mayor, te muerdo no mas, ¿o no?, dime algo po, a ver, sácate los lentes, ahhh ya cache, andai volao, mish… ¿y con quien fumaste?, igual yo tengo como pa una fuerza, pero oye, no te he invitado ni siquiera a pasar, pasa pasa… espera, míralo… ahí va de nuevo… 



Ahí va, vuelve a su bestiario, como un árbol viejo moviéndose en un bosque silencioso donde los únicos sonidos existentes son los de las voces en su cabeza, quizás que le dicen las hojas que corta el viento, sus amigos son los conejos que ha vomitado los últimos años, pequeñitos llegan a través de su boca a la palma de su mano los conejos de Cortázar, le tiemblan las manos al abrir la caja de la estrella verde, va con las ramas torcidas y la raíz seca. A veces me saluda, pero me dice el nombre de mi hermano, ¿seré acaso un detalle mas del daño colateral?, ¿fui acaso solo un efecto de las pastillas?

jueves, agosto 23, 2012

Perdido en los nudos


Me perdí mirando las esculturas, mientras esperaba con gran anhelo un mate para tener las manos menos heladas, es que el frio renguino siempre puede más. De fondo las proyecciones no eran las mejores, no había armonía en los ruidos y las imágenes eran demasiado coloridas y efectistas, pasadas a postmodernismo.

Me perdí mirando la madera y el metal, mirando las formas a cont
raluz y fantaseando con las sombras, vislumbre otra silueta, sin prisa, dedicando el tiempo a pequeños detalles, llenando de pormenores las formas, me sumergí en los nudos y las soldaduras. Era especial en su simpleza, parecía un trofeo, reproducía la forma perfecta, un objeto de un ritual ancestral, imagine que el sol pasaba por su centro y el tiempo se detenía y así, solo así, podría seguir llenando de vida lo inerte. 

Aromas metálicas hicieron contacto con mi piel, empequeñeciendo mis huesos, me llevaron al torso de una triste mujer con esqueleto de fierro, intente conocer su mirada oculta bajo la venda pero no era posible, era como intentar mirar mis manos en un sueño, en su hombro me senté y pude mirar alrededor todo gigante, un mundo lleno de vacios y sonidos desagradables, en sus hombros estaba débil e inseguro.

Frente a mi un vientre de madera, llevando dentro un pequeño milagrito, lo toque y las patitas de aserrín me hicieron bailar entre auroras de barnices brillantes, me sentí como un viajero del tiempo, preso de una extraña poesía, silencioso y perdido, encontrando un extraño consuelo en las sombras y la luz, las siluetas eran entonces sangre y alma

sábado, agosto 18, 2012

De la lógica


Dos torpes aprendices de la existencia
Azarosos y efímeros plasmas corporales

Y es sabroso circular así con ella
A escondidas cómplices saboteadores
 


Somos así certificados de existencia
Por la casualidad de la piel, los tejidos y la saliva

Demencial fue beber su ausencia 
Celestial saber que mañana si coexiste

Es la reacción de uno menos uno
Cuando la única razón lógica es el deseo 

(tuyo)



Esto no es mío
Esto no es de hoy
Esto no es de nadie
Esto es tuyo

Esto no es de ayer
Ni de mañana
Porque ya no percibo el tiempo
Ni los amaneceres ni los atardeceres

Por estos días preparo el té más dulce
Me preocupo de tener ajo en la cocina
Escucho canciones de Serú Girán
Acaricio los gatos que se cruzan en mi camino
Aparece tu nombre en poemas que leo
Tu torpeza en los fotogramas que recuerdo
Tu brutalidad haciendo sonidos guturales
Tus idas y venidas
La mirada perdida sentada en el sillón
Apretando el tazón para tener menos frio
Apretando la Bemba en silencio
Fumando por la ventana, por las calles y en la mañana
Abrazando con todo, aferrándote a nada
Tiernamente nos escuchamos y reímos
Yo me habría quedado ahí, en tu torso purpura
Yo me habría desmayado ahí, en tu cuello pálido
Para conocer tus ángeles y demonios
Y despertar con ellos
Bailando en nuestra extraña realidad
Aun tu voz hace eco en mis paredes

Y es que siempre estas

lunes, julio 09, 2012

Gatos cojos



El cariño más sincero,
Es el de los gatos cojos,
Que se dicen muchas cosas,
Al mirarse a los ojos

Va sin suerte, sin timo,
Ni en el pecho, ni en el destino

El rasguño más profundo,
Es el de los gatos cojos,
Sin disimulo y rotundo,
Dejando los cuellos rojos

Y va sin suerte, y va sin timo,
Sin un pecho, sin un destino

Y te encariñas como los gatos cojos,
En la noche Inquieta y sonámbula,
Perdidos y lindos los ojos,
Y en la luna sigo imaginándola 


sábado, junio 23, 2012

De cómo divaga un Quijote; la ambigüedad de Dulcinea y la real importancia de Sancho Panza



...una joven pequeña, pelirroja y entusiasta no decide donde sentarse, intercambia asientos con su acompañante (quedando frente a mi), lo mira intensamente, le sonríe… lo desea. Al mismo tiempo, yo deseo mis audífonos, ya que mi ojo derecho tiembla levemente cuando escucho su voz aguda…

Cabalgando sin un rumbo preciso, de la mano de la locura, el querido Quijote, sin noción de que es o que debería ser, con la mente sumergida en lo intangible y semántico. Decide comenzar a investigar y divagar acerca del síndrome de pertenencia, al delgado y misterioso Quijote claramente lo desvela una dulce Dulcinea, solo que esta presenta (y reproduce) una extraña (pero familiar) ambigüedad, por favor no crean que les hablo de una Dulcinea con inclinaciones lésbicas, tan moderna no es…

…a mi izquierda, el acompañante recibe la mirada intensa, me imita e intenta leer un libro, ella, insistente, le habla con prisa, aferrándose quizás a que cosa, el desiste de la lectura, le pide cabritas… no hay como la comida y la atención, placeres que muchas películas deberían mostrar…

A ratos, ella es mas Sancho Panza que Dulcinea, adopta sus costumbres y con una juvenil e innata dislexia acompaña al Quijote, sabiendo que al final de la noche, vuelve a ser Dulcinea y descansa en el pecho del viajero que hace como que conoce el camino, pero sabemos todos, que no se puede confiar en la brújula de este. Cuando la mira a los ojos reconoce un color familiar, que salta del espejismo al espejo y le inunda el corazón desprotegido, es que un aventurero no conoce armaduras para esa cosa, es demasiado romántico y disperso, a veces solo le interesa el color de la divagación…

…la voz de a poco es menos aguda, pero las palabras y las historias se tornan graves y ruidosas, decido incorporarla a este relato, a ratos debo esquivar su mirada (nota mental: “Los gorditos son invasivos”), en la ventana encuentro mis ojos borrosos (aun enrojecidos), casi del mismo color de mis mejillas... afuera; una extraña relación nace entre la prisa, la noche y las luces…

Es el color de la divagación, el color que podría identificar en los sueños y en la oscuridad, al igual que su piel, que este otoño se muda a pedazos, cae como las hojas de un árbol que conocí una vez, desnudando su inquieto torso, las hojas, la piel, las lagrimas… caen en el mismo suelo que ayer, ese color estuvo antes, ella se transforma en una prenda familiar, cómoda y tibia, porque la dulce Dulcinea puede explorar, pero el lleva años en eso, sabe que después de las exploraciones se llega al mismo sitio, para reconocerlo, para que el color de los ojos cambie del bermellón a uno nuevo y desconocido, lleno de ternura y alegría…

…repentinamente se bajan del tren, ella lo trata con dulzura y agradece sinceramente su compañía, quizás si no existiese lo platónico no existiría una dupla como ellos, “los buenos momentos”; escasos y raros en el invierno post-moderno son todo para ella, es demasiado evidente y noble, no la juzgo, si yo fuese sicólogo recetaría disfrutar sin miedo y con calma estos momentos, pero esto se trata de algo que no es, pero es, porque el Quijote aprendió a disfrutar y domar su soledad…

El vive su soledad rodeado de gente, finge que le interesan, escucha sus historias, algunas veces lo que finge es real, pero no siempre, debido a que en el anonimato disfruta, cede a las risas y la locura, ya que sigue encontrando los labios y su piel, incluso en los sueños y en la oscuridad.



lunes, junio 18, 2012

La cascada de nubes




Con claridad he podido estar frente a los miedos, percibir sus colores invisibles, ellos te rodeaban, se te metieron por la boca, se llevaron tu sonrisa y se instalaron en tu mirada, triste y perdida, casi inocente, si no fuese por el calor, ese calor tan cómodo y excitante… que me hizo sentir imposible soltarte, mas miedo daban sus voces susurrándote al oído,  en idiomas desconocidos para mi, con bocas deformes y grandes, sin labios, incapaces de rozar algo, pero especialistas en morder tu tímpano, el pánico se hizo mas grande, tus piernas se congelaron , las vísceras dejaron de moverse, solo me pediste que no dejara de hablarte.

Es ahí cuando nos desdoblamos y nuestras auras hicieron un pacto con saliva y sangre espectral, con besos, caricias y mordiscos imaginarios, no se como lo hizo mi yo intangible, pero logro retenerte, convencerte a seguir mis manos frías y rozar mi nariz helada, te trajo de vuelta, te arropo, comió los miedos y los vomito en un orgasmo sepia, que va y vuelve, que pone la mirada en blanco, que pone el alma celosa y ansiosa.

Y así, lo imaginario se volvió real, el desdoblamiento exterior se transformo en inverso, por debajo de la piel, dentro de ti dentro de mi, fuera y adentro del limbo, bailando melodías torpes pero conocidas, es así, como tu cuerpo se ha transformado en mi cascada de nubes, sobre el floto sonriente, mirando ambos escenarios, el claroscuro de las nubes, los rayos del sol directo a mis venas, transformando tus palabras en drogas ancestrales, en venenos que me hicieron delirar, no entender, no distinguir entre el deja vu y el renacer.

Yo seguiré flotando, relajado en tu silueta, consolare tranquilo los ojos cuando se transformen en grifos, mordiendo el cuello cuando necesite la dulce miel, no es que me atraiga lo dulce, es más, es lo amargo muchas veces lo que reproduce con mayor claridad el trance, el éxtasis, el  viaje indescriptible, el miedo y la seguridad bailando apasionadamente, siendo compañía y ausencia, entonces, quedémonos aquí, sobre y dentro la cascada de nubes.