domingo, noviembre 11, 2012

Aclaración (carta a van Gogh)


Una aclaración implica aclarar ciertas cosas, probablemente por medio de miradas a los ojos y discursos llenos de dislexia y tartamudeos. Sin embargo, la aclaración muchas veces no consigue este objetivo y logra todo lo contrario; oscurece los hechos, las verdades y lo verídico.

Hay que aclarar, que claras son las putas y oscuros los burdeles. Entonces, acláreme u
sted (si, usted) las razones. Las razones que tuvo para huir del horror vacui, para perderse en las voces de las meretrices, para gozar pintando sus gemidos fingidos y tranquilizadores.

Dígame usted (si, usted), que le susurraron al oído los cuervos en medio del miedo, en medio de los campos de trigo, desolado bajo el sol, solitario y áspero en medio de las olas, dibujando las texturas de los recuerdos. Dígame usted (si, usted), como giraban los girasoles, como giraban los soles. Es que solo cuando se va el sol sabemos que sentíamos bajo el.

Dime tú (si, tú), donde poner las sillas, donde disfrutar el atardecer, donde confundir los sentidos. Escúchame tú (si, tú), déjame aclararte a través de sombras, aclárales que no regalaste tu oreja, sino tu lóbulo, el lóbulo aullante que no puede escuchar sus pasos.

Señor van Gogh, yo soñé que mi oreja era una flor color carmesí, con pétalos de piel, solo así he comprendido su actuar oscuro de manera más clara, dígame usted si es o no romántico mutilar los sentidos, cortar la lengua, enviar cuervos por los ojos, robar las manos, quemar los aromas, perder el lóbulo.

Dígame usted entonces (si, usted), que debo cortar y que debo dejar crecer. Dígame que sucedió cuando mezclaba los colores, que fantasmas le hablaban, que monstruos lo atormentaban, dígame como encontrar la claridad oscureciendo los colores.

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