Es la tensa calma
La dulce espera
Los labios rotos
El cáliz desconocido
La saliva veneno
La mano torpe
La mano experta
Un rasguño agudo
El musguito apoderándose del tronco
Es así cómo la herida que crece en su interior
Se expande a un ritmo angustiante
Bajo el régimen del latido cansador
De un nuevo sabor inquietante
Son sus viseras, que mordería sin pudor
Sus versos, que llevaría a todos mis sueños
Su mejilla dulce, su nariz que sin querer se queda con algo de mi
Su mirada nueva, para ella, para mí, para sus fantasmas
Su cuello, ay su cuello… lo rozaría hasta sacarle miel
Y su olor estaba, no a flor de piel
Sino que por debajo de ella
Mis manos aun huelen su voz
Y el Tanguito es lo que quiero hoy
1 comentario:
Renguito Renguito... espérame con Tanguito
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