jueves, diciembre 27, 2012

“Podría decir (la confesión que no supe hacer)”



Vengo de donde hay un río
Y las piedras bajo el agua parecen rostros
Y los cerros parecen piernas entreabiertas
Y la corriente nos susurra que existimos
Y la oscuridad nos seduce a desgarrarnos
Y descubro que soy súbdito del hervor de mi sangre

Podría decir tu nombre de muchas formas, cada una más cariñosa que la anterior
Te podría decir; lluvia florida, que haces crecer orquídeas fantasmas donde caes
Te podría decir; sueño curioso, planeando sobre la pradera
Te podría decir; dulce puñal, rasgando la tierra primaveral de mis venas
Te podría decir; divagación diminuta, divagación resplandeciente
Podría llamarte; podría escucharte, si tus ojos me miran a través de la enredadera
Podría llamarte; cómplice de oros, mientras la piel cambia de color bajo la luna nueva
Podría llamarte; luna nueva, tierna y temerosa, quemando el viento
Podría llamarte; aullido del ángel, de aura inquieta y cautiva 
Te podría decir, evocación sideral, y guardarte dentro de una estrella, bajo mis entrañas

Podría ser lagrimas de sal, bajando por el cuello
Podría ser la pluma que escribe con sangre 
Podría seguir mi timo siendo testigo de esta extraña alquimia
Podría ahogar en miedo a este cómplice inquieto
Latiendo en medio del mar rojizo al medio de mí pecho
Mientras verdean tus sonrisas a lo lejos
Podría quedarme, tal cual se quedan las piedras a la orilla del río
Esperando humedecerse algún día y dejar de ser tristes reminiscencias
Podría irme, obedecer a mi naturaleza, dejar de ser testigo cautivo

¿Podría?

¿Podría decir?
Decirte cosas que nunca he dicho, pero has escuchado de otras bocas
¿Podría ser más barroco?
Adornar mi sinceridad, finalizar un discurso torpe que aun no llega a tu puerto
¿Podría acaso ser de otra forma?
Llevando mi confesión a un precipicio lleno de letras
¿Podrías creerme?
Que me evocas algo inédito, que me saca de quicio

Puedo decir; que te adoro y te extrañare
Puedo decir: que soy cómplice y no testigo
Puedo decir; que frente al espejo somos una quimera
Podría vivir y morir, en orgías aladas, en la ambigüedad de un nuevo ser

Debes creer
Que desconozco estos días y estas horas
Que desconozco esta selva y los sonidos dentro de ella
Que mi torpeza es de alguien que no ha caminado por estos caminos

Podría decir, la confesión que no supe hacer;
Que he sentido amor por tu alma retorcida
Y que podría enamorarme de ti

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y nunca es tarde

Anónimo dijo...

Muy bonito, recordé que alguna vez conversando me dijiste lee "la batalla de los duendes blancos contra los duendes negros", antes de que me fuera a dormir, y dije que bien escribe, guarde la página y ahora la vi y pensé, veamos en que esta, no quería dejar pasar la oportunidad de decirte que lo que acabo de leer es hermoso.. :)