Cuarto Acto
Fui un árbol
Quería ser arrebol
Quiero serlo aun
Y que la copa del árbol
entregue una sombra con los colores del arrebol
Y ahí quedarme
(quedarnos)
Siendo arboles y
sombras
Siendo el arrebol
silencioso y hermoso
Partí siendo un laborioso peón… avanzando en el tablero
casillero a casillero, paso a paso, sin mirar ni jugar para el lado, dispuesto
al sacrificio y a la calma, es que siendo peón es todo una aventura mayor, pero
fui otras cosas en el camino…
Hoy soy una especie de torre, no precisamente por mi
contextura física… eso esta claro, sigo siendo el flaco buena onda, ni tanto
igual… pero bueno, eso es otro tema, prometí no divagar, una torre estacionada,
que se quiere quedar en un recuerdo fugaz, esto porque la Brisa…aunque sean 5 segundos, tiene alguito en la mirada y sus
ojos, fugaces entre la multitud, poseían el brillo de luciérnagas al alba…
Dentro de las piezas, solo hay dos equivalentes en
importancia y también, son aquellas que desde tiempos antiguos tienen una conexión
especial, el Rey, estático y torpe, respetado y noble, es protegido por su
ejercito, pero principalmente y quizás en contra de lo convencional (pero
extraordinariamente romántico a la vez), es la Reina quien posee mayores
aptitudes para cuidarlo y batallar… incluso hasta la muerte, entonces… ¿quién es esta
Reina?, única e indomable, fría y escurridiza, que puede avanzar hacia donde quiera… e ir y volver,
siempre con las de ganar, a veces se queda hasta al final, a veces no se le
puede retener por mucho tiempo…
Mi metamorfosis continuo y pase a ser un Caballo, un Caballo caballero en primera
instancia, tratando de usar la creatividad propia de este grandioso personaje, moviéndome
escurridizo, buscando saltar muros y
traspasar líneas no enemigas, pero si de trazo marcado, soñé de pie leyendo sus
palabras, relinchando cuando las historias me parecían interesantes o
simplemente de emoción, sintiendo que prontamente debería ser un peligroso Alfil…
antes claro, fui un Caballo acaballado…
Es quizás el Alfil la pieza mas subestimada dentro de una
partida, esto porque posee un perfil reservado y suele estar en las zonas
ocultas del tablero, esperando el momento preciso para actuar, rápido y seguro,
robando besos o apretando manos, no se en que momento lo supe, quizás me lo
dijo el perro que nos acompaño en la caminata, pero fui Alfil y pase a sentirme
como un Rey, ingenuo y juvenil, alegre e iluso, quizás debí seguir siendo agudo
y calculador… pero la bella geometría de su mentón me suavizo instantáneamente…
Siendo un fugaz Rey, quise explicar lo inexplicable, que
todas las historias son diferentes, que todas las partidas se deben jugar con
calma y sin presiones, que por mas complicado o culebrero que se pusiera el
juego… se debía seguir jugando, sin miedo y sin huidas, sin exigencias, sin
etiquetas ni rótulos… que todos los vínculos
son como los patrones del Iris… únicos e irrepetibles...
Repito con un puchero más grande que la primera vez: "Es
que es imposible retener la brisa...", y debo decir, que la Reina y Brisa
tiene un bello ir… pero siempre me ha gustado mas su venir, porque me hace sonreír, y es que también es
verdad; que la Brisa va y viene… y es eso lo que me entretiene…
1 comentario:
...o era Primavera?
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