
Yo estaba inmóvil, paralizado en un limbo oscurecido
En ese instante en que no sabes si estas despierto o dormido
Abrí los ojos y apreté los dedos de mis manos y pies
Más no pude moverme y mi voz sonó al revés
Algo suave y escurridizo refresco mis pies
Y pude abrir mis ojos en un dos por tres
Busque a Sade, Rimbaud o alguna criatura del bosque prohibido
Para saber si estaba dentro de otra fantasía o en un camino ya recorrido
Lo onírico no es lo mío… repasé
Pero una cosa no tiene que ver con la otra… pensé
Es que nada es lo que parece en la oscuridad temida
Por eso te recomiendo que mantengamos la luz encendida
Lentamente, un aire sutil remeció mis piernas
Me miro fijamente, como apretándome con muchas cuerdas
Pude mover mis brazos y susurrarle a su mirada
Que me sentía muy halagado por su llegada
Este aire tibio me levanto poco a poco hacia arreboles
Llevándome a incansables conversaciones de suaves colores
Sus pasos, sin saberlo, intuitivamente crearon una guarida sin pasado
Es que cuidado, que el viento se asusta cuando siente que esta en un lugar ya visitado
“Es que es imposible retener la brisa”, dije… con un puchero
Me conformo con quedarme en ella… para serles sincero
Y si recorre mis manos no tengo problemas
Y si roza mis labios ya no siento pena
La otra noche le ofrecí mi alma a la Luna
A cambio le pedí que la brisa no tenga duda alguna
La Luna sonriente me dijo que haría lo imposible
Ya que solo ella comprende su mirada incomprensible
No es que yo me queje de su naturaleza
Y es que al fin y al cabo en ella esta su belleza
Y no es tampoco que me parezca entrañable
Perdón, en realidad si y una cantidad incontable
Y es que la brisa posee una timidez desconocida
No son palabras, sino colores los que deja su vida
Y el Sol… torpe y apresurado
No sabe donde ir, solo sabe ponerse colorado
Y la verdad, no es que me vuelva loco
Solo quiero que la brisa sepa que la extraño… y no poco