
Empiezas a rendirte a los besos y suspiros favoritos, ya que bueno, es algo inevitable, puedes resistir enfermedades, desastres naturales, colapsos… pero estas cosas superan todo y te tocan por debajo de la piel.
Viajas seguido, con distintas personas, bajo distintos efectos, pruebas nuevas comidas, respiras a distintas velocidades, hablas más bajito, despiertas más temprano, sueñas más profundamente, pero básicamente, el universo te deja donde mismo.
Luego despiertas en un sofá desconocido, con sonidos que no son familiares y te das cuenta de que la trompa de un elefante es muy distinta si la miras por debajo, es casi como haber estado leyendo un capitulo de Papelucho dentro de un libro de Dostoievski o viceversa… o no lo sé, esto no tiene nada que ver con cordones desabrochados…